Tal vez

Hoy he leido una noticia en el periódico que me ha inspirado este relato.
Quizás lo desrrolle más pero, de momento, ahi va.
 

Podría haber sido así.

 

Al llegar a lo alto de la loma, Wembebe detuvo la marcha y se acercó al hechicero para pedirle consejo acerca del lugar.

Mientras los hombres deliberaban, Wangaha se dejó caer sobre la hierba. Tenía las plantas de los pies en carne viva.

No es que no estuviera acostumbrada a las largas caminatas en busca de un asentamiento donde pasar los largos meses de invierno que se avecinaban, pero, aunque siempre acababa con los pies bastante maltrechos, al igual que el resto de las mujeres, esta vez habia sido mucho peor.

El camino más pedregoso y su preñez, sólo faltaban dos lunas para que nacieran las dos crías que llevaba en su seno, la habian dejado en este estado.

Como portadora de dos crías tenia derecho a ciertas prerrogativas, entre ellas solicitar un descanso antes de que el Jefe de la tribu lo ordenara, pero sabía que esto sólo retrasaría el hallazgo del lugar que buscaban y cabía la posibilidad de que otra tribu lo encontrara antes que ellos, lo que haría aún mas larga la búsqueda.

Sabía que Wembebe deseaba encontrar ese lugar antes de que transcurrieran las dos lunas, para que la tribu estuviese ya aposentada cuando ella diera a luz. Era una de las pocas maneras que había de garantizar que las crías saldrían adelante.

Wangaha miró a los dos hombres mientras hablaban.

Wembebe era su hombre, lo que la convertía en la primera mujer de la tribu, cosa lógica habida cuenta que era, además, la curandera.

Mientras su mente vagaba en estos pensamientos, Wembebe llamó a los dos rastreadores más expertos para que diesen una batida por los alrededores y comunicó a las mujeres que harían un alto durante el tiempo que tardaran en regresar.

Las mujeres descargaron los fardos que llevaban y entre todas empezaron a preparar una ligera comida.

Wangaha hizo ademán de levantarse, para ayudar en la labor, pero las demás mujeres se lo impidieron.

No tenía que preocuparse, eran suficientes para lo poco que había por hacer y sus pies agradecieron el descanso añadido que les daban.

Wangaha abrió su fardo personal y rebuscó en su interior hasta sacar una suave piel de liebre con la que empezó a secarse la sangre de los pies.

Una de las niñas más mayores, sin duda enviada por su madre, se acercó para ayudarla. Wangaha agradeció con una sonrisa, a la niña y a la madre, el gesto, pues realmente le costaba mucho doblarse para alcanzar sus pies, incluso estando sentada.

Mientras la niña apretaba dulcemente la suave piel sobre sus heridas a Wangaha empezó a rondarle una idea.

Sacudió la cabeza para alejarla momentáneamente.

Sabía que debia estar limpia y despejada y comunicarse con El Padre Sol y La Madre Tierra para que sus ideas fructificaran.

La niña pensó que le había hecho daño y empezó a murmurar una disculpa.

   – No, pequeña, no es nada, sigue, sigue, lo haces muy bien.- le dijo con una sonrisa.

Poco después, cuando la comida estaba ya a punto, los rastreadores regresaron y fueron a informar a Wembebe y al hechicero de lo que habian visto.

Tras una corta deliberación los cuatro se acercaron al grupo, que esperaba su llegada, para empezar a comer.

Al terminar, Wembebe informó a la tribu que los hombres habian encontrado una cueva no muy lejos de allí y que un riachuelo, con suficiente agua para sus necesidades, transcurria cerca de ella y que el Hechicero había dado su consentimiento a que la tribu se asentara en ella por un tiempo.

Todos los miembros del grupo demostraron su alegría al ver que su larga marcha estaba llegando a su fin.

Tras recomponer los fardos volvieron a ponerse en camino.

Sabían que no llegarían a la cueva tan deprisa como los rastreadores, pues había que tener en cuenta a los mayores que no podían seguir el ligero paso de los más jóvenes, pero todos deseaban ya llegar a ella.

Así, tras otra media jornada de marcha más, avistaron al fin la entrada, semi oculta por la maleza, de la cueva que sería su nuevo hogar mientras los terrenos que la rodeaban fueran capaces de proporcionarles sustento.

 

Al dia siguiente, mientras las mujeres de la tribu terminaban de acomodar la cueva, repartiendo los espacios y desembalando los fardos, Wangaha llenó su bolsa con las cosas necesarias para su aseo y se encaminó al rio.

Se sumergió en el agua, frotando su cuerpo con una rama joven a fin de eliminar el polvo acumulado en el largo camino y lo purificó aplicando sobre él los ungüentos necesarios para agradar a Los Padres. Una vez completada su preparación corporal se sentó sobre una piedra llana que le pareció apropiada y cogió de su fardo la bolsa de las hierbas que sanaban buscando la que le pondría en contacto directo con Ellos.

Al cogerlo se dio cuenta que la idea volvía a su mente.

El saquito que contenía las hierbas estaba hecho con la piel entera de una liebre joven a la que no se había quitado las patas, las cuales servían para sujetarlo.

Mientras sus labios tarareaban el sonsonete adecuado para llamar al Padre Sol y a la Madre Tierra en su ayuda, sus dedos recorrian la piel del saquito.

“¿Porqué no nos has dado unos pies reforzados como a los animales, Madre?” pensó mientras palpaba lo que habia sido la planta de las patas de la liebre.

“Ellos pueden andar sobre todo tipo de terreno sin lastimarse, no importa si hay muchas o pocas piedras, ni si hay hierba o no. Sin embargo nosotros sólo podemos proteger nuestros pies en invierno, cuando la blanda nieve no destroza las pieles, pero cuando no hay nieve no es posible usarlas pues el roce con las piedras las destruye en poco tiempo.”

Mientras su mente razonaba asi y sus dedos seguían acariciando la piel una imagen se fue formando en su subconsciente.

“No soy justa con Vosotros, Padres amados”, pues aunque no nos habeis dado pies fuertes nos habeis dado algo que los demás animales no tienen. Manos. Manos para hacer cosas que nos ayudan en nuestra vida, como los cuencos para comer; y el poder de convertir unas simples piedras en ayudas para cazar y para partir los animales y quitarles las pieles; y poder recoger las hierbas que nos alimentan y nos sanan y nos ayudan a hablar con Vosotros.

Ayudame ahora Padre Sol, ayudame Madre Tierra, envíadme la visión que ayer empezaba a asomar en mi cabeza.”

Mientras así cavilaba su cuerpo empezó a mecerse un poco mas deprisa cada vez hasta que de repente se detuvo.

Acababa de recordarlo.

En el camino habia visto un árbol que había llamado su atención, pues vió que tenía trozos de la corteza caídos a su alrededor y éstos eran más grandes y gruesos de lo que era habitual ver.

Una idea empezó a germinar en su mente.

Quizás pudiera ponerse pedazos de aquella corteza en las plantas de los pies, para que las piedras del camino no cortaran su piel.

En su mente vió sus pies casi envueltos con ella y se vió andando dias y dias sin que sangraran.

“Gracias Padre, Madre, lo haré”.

 

La noticia a la que hago referencia es el descubrimiento que los hombres llevaban zapatos mucho antes de lo que se pensaba.

 

 

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4 respuestas a Tal vez

  1. Elena dijo:

    Hola termine de leer el relato, al principio no lo lei entero pues pense que era una copia del periodico, y no disponia de mucho tiempo, pero al hablar contigo entendi que de la noticia has construido tu la historieta o cuento posible de lo que pudo haber sucedido.Continua escribiendo, no se te da mal, a mi me parece que expresarse escribiendo es muy dificil, yo escribo dos lineas y pienso que no comunican bien lo que quiero decir, pero hay personas que transmiten más por escrito que hablando, y suele ser importante y gratificante para ellas- sigue. si presentas esto o cualquier otra cosa ya me informaras.

  2. Helena dijo:

    Hola Carinyu!!!mil gracies per la teva visita!Com q no tinc música al WMP??tink posada una cançó, no s\’escolta 😦 ? quan em poso "ver mi espacio" si q l\’escolto jo.De totes maneres merci per la direcció q m\’has donat, pero sóc súper torpe! estic a la pàgina akesta i no torbo les cançons a cap lloc!!!!els espai es revelen contra meu, mai puk posar la musica!!!!!!i això q hi ha una cançó posada… :-(aniré buscant aki a veure q trobo!un peto ben enorme Eulàlia!!!

  3. Helena dijo:

    Guapi!!!!merci per la teva paciència i les teves explicacions, ja he trobat les cançons i he modificat el WMP com m\’has dit! a veure si ara si q se sent! sino, probaré posar una altre cançó!Mil gràcies!Abans ja m\’javia llegit el teu conte, m\’ha agradat molt, es nota q saps escriure!, a més a més un conte q a mi m\’encanten!!!Així q aniré venint per poder llegir el q ens vas posant!Enhorabona pel conte!Un petonas ben gran maca, cuida\’t!helena

  4. margarita dijo:

    Hola Xatona!!!!M\’ha agrada, m\’agrada molt!!!. Segueix!!Pots arribar on vulguis.Petonets

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